Imperio Inca, costumbres y tradiciones

 En los siglos XV y XVI, el Imperio Inca fue el estado más grande de América del Sur. Los incas construyeron hermosas ciudades, tenían mucha comida, textiles, oro y coca, pero, sin embargo, no tenían dinero. Además, no tenían ningún mercado.

El Imperio Inca se extendía desde los Andes hasta la costa, cubriendo lo que hoy es Perú, Colombia, Chile, Bolivia, Ecuador y Argentina. La comunicación entre los asentamientos se realizó mediante carreteras, cuya complejidad rivalizaba con cualquier otra ruta del Viejo Mundo. Quizás el Imperio Inca fue la única civilización en la historia donde los comerciantes y cualquier indicio de comercio no existieron.

Muchos aspectos de la vida de los incas siguen siendo un misterio, en parte porque toda la información sobre ellos proviene de los conquistadores españoles, quienes los destruyeron: el conquistador Francisco Piscaro derrotó al ejército inca en 1532 con la ayuda de unas pocas personas. Pero el verdadero golpe se produjo una década antes, cuando los invasores europeos provocaron sin saberlo una epidemia de viruela, que mató a aproximadamente el 90% de los incas.



Los documentos describen a los incas como maestros de la minería y la construcción. Construyeron granjas en terrazas y plantaron papas, maíz, maní en las laderas de las montañas; todas las plantas fueron seleccionadas cuidadosamente para cada altura específica. También trataron los árboles para mantener la fina capa superficial del suelo en buenas condiciones.

En términos de comercio, se cree que si un producto no se podía cultivar localmente, los incas simplemente lo transportaban al lugar correcto. La producción, distribución y uso de los bienes estaban controlados por el estado, y cada ciudadano del imperio podía obtener todo lo que necesitaba para vivir del almacén, incluidos alimentos, herramientas, materias primas y ropa, sin pagar nada por ello. Sin mercados, no había necesidad de moneda o dinero estándar: los incas simplemente no tenían dónde gastar.