Cilindros del Faraón, un secreto milenario

 Los Cilindros del Faraón son dos misteriosos objetos cilíndricos en manos de unas antiguas estatuas egipcias. No hay consenso entre los egiptólogos sobre el origen de estos artículos.

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En 1976, en Transcaucasia, R. Dobrovolsky y V. Kovtun descubrieron un antiguo manuscrito esotérico llamado "Secretos de la vida y la muerte", que contenía información sobre los cilindros lunares y solares hechos de zinc y cobre con un contenido interno determinado. Según un autor desconocido, los Cilindros del Faraón fueron utilizados por los faraones y sacerdotes del Antiguo Egipto para fortalecer la vitalidad y comunicarse con los dioses.


Los cilindros del faraón fueron recreados según una receta antigua y luego estudiados durante muchos años por el físico Vladimir Kovtun. En estos estudios participaron médicos, físicos, egiptólogos, psíquicos y parapsicólogos.


Los resultados de la investigación sorprendieron a los científicos. Resultó que los Cilindros del Faraón tienen la gama más amplia de efectos beneficiosos para el cuerpo humano.


Incluye: ayuda con enfermedades cardiovasculares, neurotróficas, hipertensión, enfermedades del tracto excretor, asma, insomnio, dolores de cabeza, así como un medio para aliviar el estrés y prevenir la aterosclerosis. Una de las características asombrosas de los Cilindros del Faraón es la mejora en el funcionamiento de casi todos los sistemas principales del cuerpo (el rendimiento de estos sistemas mejora en promedio 2-2.5 veces)


Según varios médicos, los cilindros del faraón son un dispositivo de fisioterapia único y autoajustable para cada persona creado por el genio de los antiguos científicos egipcios. Sus propiedades curativas, incluyendo la metaloterapia, la galvanoterapia y la magnetoterapia, permitieron a la doctora en bioenergía T. Meshkova desarrollar un método efectivo para usar los Cilindros. Los cilindros del faraón son útiles tanto para adultos como para niños. Crean un entorno en el cuerpo humano en el que es mucho más fácil para él hacer frente a sus problemas. Los cilindros son un excelente profiláctico contra una serie de enfermedades. Según los resultados de los experimentos de la doctora T.Meshkova, los Cilindros del Faraón protegen contra los efectos de la radiación de varios equipos electrónicos: computadoras, televisores, hornos de microondas, etc.


Sobre los Cilindros del Faraón La televisión rusa filmó un documental de 4 horas “Egipto. Prueba de misterio. Su investigador, V. Kovtun, escribió un libro de divulgación científica "El secreto de los cilindros del faraón". Bratislava. "Ariana". 1999


Cilindros Faraón patentados. Las marcas comerciales "Cylinders of the Pharaoh" y "Cylinders of the Pharaohs" están registradas en 20 países a nombre del investigador V. Kovtun.


Principios de los 70. Transcaucasia. El amante esotérico Ruslan Dobrovolsky le trae a su amigo, el físico Vladimir Kovtun, un viejo manuscrito amarillento, encontrado en curiosas circunstancias, con el intrigante título “Secretos de la vida y la muerte”. Egipto - India - Cáucaso. El manuscrito describía las técnicas de levitación, clarividencia, cambios en el peso corporal y otros milagros que solo podían provocar una sonrisa condescendiente del físico "ortodoxo". Quizás este manuscrito habría pasado por alto la atención de Vladimir, si el interés por la historia y la cultura del Antiguo Egipto no hubiera dejado de mirar el capítulo que describe la tecnología exacta para fabricar los llamados cilindros solares (de cobre) y lunares (de zinc) llenos de ciertas sustancias.


Los cuentos de hadas son cuentos de hadas, pero la tecnología exacta en el texto del manuscrito ya es un hecho, que en sí mismo es interesante para un físico. Además, mucho antes de eso, en el vestíbulo egipcio del Museo del Palacio de Pavlovsk, Vladimir se interesó por qué tipo de objetos extraños sostenían en sus manos las esculturas egipcias ubicadas a lo largo de las paredes. Entonces la respuesta del guía no convenció al investigador. No encontró una respuesta en numerosos libros sobre Egipto. La pregunta quedó abierta. Y entonces, de repente, una pista. Difícil de creer...


Después de una serie de experimentos, misteriosos mensajeros de una civilización perdida se acostaron en la mesa de Kovtun, brillando como metal. El “físico ortodoxo”, conteniendo la respiración, los tomó entre sus manos, y al cabo de un rato se sorprendió al sentir que actuaban de alguna manera extraña.


La naturaleza de este efecto tuvo que aclararse durante muchos años.