Es posible que la historia de la evolución del hombre moderno tenga que ser reescrita debido a un cráneo bien conservado, llamado Skull-5, que tiene alrededor de 1,8 millones de años. Según científicos suizos, los restos de un antiguo ancestro humano encontrados en Dmanisi (Georgia) son evidencia de que no hubo división del género Homo en especies.
Los resultados de los estudios realizados indican que los primeros representantes del género Homo, incluidos el Homo habilis y el Homo erectus, pertenecían a la misma especie. Las diferencias entre ellos estaban solo en signos externos.
Este descubrimiento podría anular todo el sistema que clasifica a los primeros ancestros humanos. Según científicos del Museo de Zúrich y el Instituto de Antropología, solo hubo una especie en nuestro planeta que apareció en el territorio de África hace unos dos millones de años, y no varias especies ecológicamente especializadas de Homo, como se pensaba anteriormente. Después de estudiar el cráneo, los investigadores descubrieron que el hallazgo difiere de otros restos fosilizados de representantes de la especie Homo: es un cráneo pequeño con dientes grandes y una cara alargada.
La excavación también desenterró restos pertenecientes a otros cuatro ancestros tempranos de los humanos modernos, varios fósiles de animales y herramientas de piedra. Todos los hallazgos pertenecen al mismo período de tiempo, lo que los hace verdaderamente únicos.
El sitio arqueológico parcialmente excavado ha brindado a los científicos la primera oportunidad de comparar y contrastar las características físicas de varios antepasados humanos primitivos que parecen haber vivido en el mismo espacio geológico al mismo tiempo.
Los fósiles de Dmanisi tienen las mismas diferencias que se encuentran en cinco humanos modernos, dicen los científicos, lo que sugiere que todos pertenecían a la misma especie, muy probablemente al Homo erectus.
Según Christoph Zollikofer, un empleado del museo suizo, si se encontraran partes del Skull-5 en diferentes partes de África como fósiles separados, entonces podrían clasificarse como especies diferentes. Skull-5 contiene características clave compartidas por varias especies, incluida una cara grande y un cráneo pequeño, que no se habían visto antes.
Vale la pena señalar que la mandíbula se descubrió cinco años antes que el cráneo y, después de su conexión, se formó un espécimen bien conservado. Según los investigadores, el cráneo pertenecía a un hombre. También se puede concluir que los primeros representantes de la especie Homo tenían un cerebro pequeño, aunque las extremidades, el tamaño y las proporciones del cuerpo no diferían mucho de los humanos modernos.