Solo los presagios y creencias populares pueden responder a la pregunta de por qué no es recomendable matar arañas. Pocas personas disfrutan de vivir en el vecindario con estos insectos, y muchos no ven nada de malo en aplastar a una araña con una zapatilla como una cucaracha. Sin embargo, las supersticiones y los presagios populares prohíben hacer esto. ¿Por qué? Hay varias versiones del origen de esta superstición.
Existe una leyenda según la cual Jesús (hay opiniones de que también podría ser Moisés o Mahoma) fue perseguido y decidió esconderse en una cueva. Resultó que allí vivían arañas. Los perseguidores no pudieron encontrar a Jesús, ya que toda el área estaba entrelazada con telarañas, y consideraron este lugar abandonado e inadecuado para un refugio temporal para un fugitivo. Esta historia marcó el hecho de que las arañas recibieron una misión de los poderes superiores para proteger a la raza humana. A cambio, se suponía que los humanos no debían matar arañas.
Por qué no se pueden matar arañas
Debe tenerse en cuenta que en el mundo moderno, incluso las personas que están lejos de la superstición intentan evitar las arañas. Además, algunos se aterrorizan al ver una araña. Con el tiempo, aparecieron una gran cantidad de carteles sobre arañas entre la gente. Las explicaciones de las prohibiciones de matar estos insectos fueron las siguientes:
El bienestar y la prosperidad pueden ahuyentar. Las arañas eran consideradas las guardianas del hogar y la felicidad familiar. Y su frágil red era una trampa para el dinero y la salud de toda la familia.
Se pueden atraer siete años de miseria. Se creía que matar una araña traía consecuencias irreversibles para todo el género.
No habrá salud. Hoy este signo no tiene una justificación objetiva. Anteriormente, las arañas se usaban para tratar diversas enfermedades. Por ejemplo, a los pacientes con ictericia se les permitió comer una araña envuelta en aceite, los pacientes con asma lucharon contra las convulsiones con la ayuda de telarañas. Sin embargo, la medicina moderna niega la presencia de propiedades medicinales en arañas y telarañas, con la excepción del veneno de araña de algunas especies de estos insectos.