Estas enormes rocas, llamadas Karlu Karlu Devil Stones, se encuentran a cien kilómetros al sur de Tennant Creek, en el norte de Australia.
Estas enormes piedras surgieron hace aproximadamente un millón de años como resultado de la erosión. El diámetro de las rocas varía de 50 centímetros a 6 metros. Algunos de ellos están equilibrados entre sí, mientras que otros están dispersos al azar por todo el valle. Parece que alguien esparció deliberadamente estas enormes piedras, o fue hecho por una poderosa corriente de agua. De hecho, el motivo de la aparición de estos cantos rodados es la erosión más común de la roca.
La formación de piedras gigantes comenzó en el momento en que la lava comenzó a rezumar a través de las grietas en el suelo, cubriendo la capa superior del suelo. Como resultado, el granito comenzó a resquebrajarse, formando enormes bloques. Pero los cantos rodados deben su forma redondeada a la constante influencia del viento y el agua.
Debido a las frecuentes fluctuaciones de temperatura observadas en esta región, las piedras están sujetas a una fuerte presión, como resultado de lo cual muchas de ellas se parten.
Para muchos aborígenes, Karlu Karlu es un lugar sagrado e incluso existe una ley oficial para protegerlo. Según la mitología, se cree que las Piedras del Diablo son los huevos de la Serpiente del Arco Iris, con la que se asocian muchas tradiciones.
Según una de las leyendas, por esta zona pasó el mismo Diablo, quien dispersó estos enormes peñascos por todo el territorio. Los nativos todavía creen que el Diablo sigue controlando estas rocas, estando en algún lugar cercano.